tag:blogger.com,1999:blog-2145763099268896872024-02-08T13:12:23.787-03:00Un libro impublicableTodas tenían algo que contar desde sus historias simples y, al fin y al cabo, intentaban huir de los SIETE ESTIGMAS DE UNA MUJER EN FORMACIÓN...
Y después de los pecados, llega la redención, las SIETE VIRTUDES DE UNA MUJER EN FORMACIÓN...
No hay presente, ni futuro sin asumir el pasado LOS SIETE RECUERDOS DE UNA MUJER EN FORMACIÓN...Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.comBlogger24125tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-82271456161871703732011-12-27T14:21:00.001-03:002011-12-27T14:26:54.018-03:00La inocencia<div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Si hay algo que vuelve inocente a una mujer en formación, ello es todo lo que la retrotrae a su <b><span style="color: #674ea7;">infancia</span></b>. Más o menos feliz, los primeros esbozos de su personalidad ocurren en ese momento histórico del que nunca nadie se puede –ni debe- despegar.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Estas mujeres y amigas atravesaron mutuamente sus vidas. <b><span style="color: #6aa84f;">Natalia</span></b> e <b><span style="color: #6aa84f;">Inés </span></b>compartieron la escuela primaria con recurrencia de <b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> y <b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia</span></b>, partes de otro curso. Todas tenían que ver con todas y, de algún modo, fue en las paredes de esas aulas donde comenzaron a delimitar un presente de amistad. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Sabrina</span></b> y <b><span style="color: #6aa84f;">Martina</span></b> se hicieron amigas a fines de sexto grado cuando la segunda llegó de un lugar lejano para instalarse en la ciudad. Mientras que <b><span style="color: #6aa84f;">Carolina</span></b> irrumpió en sus vidas en el primer año del secundario. Por causalidades que serían imposibles de explicar todas terminaron en el mismo espacio áulico durante seis años del nivel medio.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"> </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Pensar en muñecas, en cumpleaños, en canciones, en bailes, en primeros besos, primeras salidas… es toda una vida compartida… Y si bien hacer balance a veces no es tan positivo, conservar momentos en la memoria y evaluarlos con el paso del tiempo es maravilloso cuando se trata de ellas.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Crecieron juntas, se animaron a vivir la vida de cada una… de todas. Nada de lo que pueda contar de ellas podría ir separado de la realidad de todas… en fin, se complementan…</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="line-height: 115%;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente <b><span style="color: #674ea7;">la inocencia</span></b> </span></span><span style="font-size: small;">definida por <b><span style="color: #674ea7;">la infancia</span></b></span><span style="font-size: small;"><span style="line-height: 115%;"> un recuerdo de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? </span>Si de recuerdos se trata la inocencia aúna todo lo que se puede retener en la memoria. Inocente no es la mujer que no hace o se reprime, sino aquella que de todo lo vivido pudo aprender, obtener una conclusión –positiva o negativa- ya que se atrevió a pensarse. La infancia delinea la vida de toda persona; las experiencias más ricas de seguro son las más borrosas en la memoria justamente porque por su antigüedad casi no logramos recordarlas. Pero es ese resabio que queda dando vueltas lo que hace mella lo dado para transformar el devenir de una mujer. Ello la hace sentir viva y en proceso… </span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-7091377963534790082011-12-04T21:26:00.004-03:002011-12-05T11:47:05.378-03:00La apariencia<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Si hay algo que desnuda a una mujer en formación, ello es justamente la <b><span style="color: #674ea7;">vestimenta</span><span style="color: #674ea7;"></span></b> que alimenta su </span><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #674ea7;">apariencia</span></b></span><span style="font-size: small;">. Como una cuestión concomitante, la ropa define muchos rasgos de una mujer y estos son los que definen (limitados por el mercado) qué ropa elegirá usar.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Estas amigas se vieron influenciadas por las imposiciones de la moda. Desde pequeñas había ciertas tendencias que seguir –además del gusto atrofiado de alguna madre-. <b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span></b> y <b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia</span><span style="color: #6aa84f;"> </span></b> compartían y competían para ver cuál tenía la chulita más al costado y tirante. De más está decir que la que tuviese lentes y aparatos –ortodoncias- era la más copada. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En la adolescencia fueron privilegias con la figura que portaban y todo les quedaba bello. </span><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span></b></span><span style="font-size: small;"> era más atrevida y usaba los jeans tiro extra bajo con “bandó” que sólo le cubrían sus lolas. <b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b>, en tanto, era la típica niña mimada que estrenaba conjunto para cada cumpleaños de quince; siempre impecable, excepto por el semejante delineado que se hacía en los ojos. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Carolina</b> tuvo y tiene un estilo personal que se amolda a su cuerpo chiquito pero tallado a la perfección. Se le ha llegado a consultar ¿dónde consigue talles SS (SuperSmall) de jeans? A medida que avanzaba en edad facultativa desarrollaba una estética cuidadosamente establecida, principalmente en lo referido a sus uñas y tacos.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Romina</b> fue la que más mutó con el paso del tiempo, pese a que siempre conservó su personalidad en todo lo que portara: hasta camina como modelo. Pasó de los pantalones cargo y remeras de varón a tapados largos hasta los pies –imitando al grupo Ráfaga-, para depositarse en la figura de la que impone la moda en el grupo de estas mujeres en formación. Está en todos los detalles y cada vez que se reunan habrá algo para alabarle. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Natalia</b> siempre fue muy delicada, sobre todo se reflejaba en el criterio para la elección de los colores de la ropa: pasteles, cremita. Tuvo algunos deslices que le costaron años de encarnación de un pantalón rojo o un jean que se compró tres veces consecutivas porque le gustaba el calce. Hubo un período oscuro como las remeras y el delineado de sus ojos: allí se autoflagelaba con algún piercing. También fue la más osada en cuanto a los daños que recurrentemente provocaba a su cabello –tan liso y sedoso, ideal para publicidad de shampoo o crema de enjuague-. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> acostumbraba a querer llamar la atención. Pasó por diferentes épocas, pero en general recaía en el color negro. Su fetiche es el verde y hoy se atreve a los estampados que tanto la desvelan. Si hubo algo que la “distinguió” eso fue su brazalete de “Saynomore”.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="line-height: 115%;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente la <b style="color: #674ea7;">apariencia</b> por medio de los cambios de <b><span style="color: #674ea7;">vestimenta </span></b>a lo largo de los años un recuerdo de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? La ropa define un estilo del que generalmente cada mujer se apropia. Cuando pequeñas todas creen poder imponer una moda, pero en realidad caen en la trampa de una sociedad prefabricada para el consumo repulsivo e impulsivo, cuyo termómetro regulador de la temperatura –fiebre desmedida- es la vestimenta y accesorios. Una de las mayores perdiciones de toda mujer en formación es todo lo que implique ropa, calzado, accesorios, bla, bla, bla… la desvela y puede llegar a determinar su humor -¿Quién no se encerró en su habitación a llorar o enojó porque no tenía nada para ponerse con un ropero que rebalsaba?-. Por último, es una cuestión puramente femenina: las mujeres se lookean pensando en las demás mujeres. Quien depositará verdaderamente un rosario de criticas, envidias o halagos será una par, porque sólo entre nosotras nos perdemos en detalles (condición innata de las damas y que pretendemos que los hombres posean).</span></span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-82570611252375181062011-11-19T12:17:00.000-03:002011-11-19T12:17:04.402-03:00La melodía<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><!--[if gte mso 9]><xml> <o:OfficeDocumentSettings> <o:AllowPNG/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:WordDocument> <w:View>Normal</w:View> <w:Zoom>0</w:Zoom> <w:TrackMoves/> <w:TrackFormatting/> <w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone> <w:PunctuationKerning/> <w:ValidateAgainstSchemas/> <w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:DoNotPromoteQF/> <w:LidThemeOther>ES</w:LidThemeOther> <w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript> <w:Compatibility> <w:BreakWrappedTables/> <w:SnapToGridInCell/> <w:WrapTextWithPunct/> <w:UseAsianBreakRules/> <w:DontGrowAutofit/> <w:SplitPgBreakAndParaMark/> <w:EnableOpenTypeKerning/> <w:DontFlipMirrorIndents/> <w:OverrideTableStyleHps/> </w:Compatibility> <m:mathPr> <m:mathFont m:val="Cambria Math"/> <m:brkBin m:val="before"/> <m:brkBinSub m:val="--"/> <m:smallFrac m:val="off"/> <m:dispDef/> <m:lMargin m:val="0"/> <m:rMargin m:val="0"/> <m:defJc m:val="centerGroup"/> <m:wrapIndent m:val="1440"/> <m:intLim m:val="subSup"/> <m:naryLim m:val="undOvr"/> </m:mathPr></w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
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</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Desde el sonido dulce del mar en las primeras vacaciones a upa de los padres, hasta las que marcaron tendencias de generaciones completas, ellas se vuelven un “ayuda memoria” para retrotraerse a distintas ocasiones especiales.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span></b> era el típico caso de cuasi adolescente fanática. Las primeras experiencias con hombres, generalmente en las mujeres, comienzan con amores platónicos. Ella pasó por Enrique Iglesias y luego cruzó el océano depositándose en los Backstreet Boys. Algo similar les ocurrió a <b><span style="color: #6aa84f;">Natalia</span></b> y <b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> con Ricky Martin –pobres! Si en aquel momento hubiesen sospechado que les serviría más de amiga consejera que para darles el primer beso-. Más tarde llegaría Ricardo Arjona; definitivamente algo tenían con los Ricardos melódicos. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Si hoy se rescatarán agendas de los primeros años de secundaria de ellas no podría uno asombrarse con un “Rickito Martin te amo” o “Nick sos el amor de mi vida”.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Sabrina</span></b>, no experimentó amor platónico por alguien del otro sexo, si no que se dedicó a las “raíces de nuestro pueblo” y más bien buscó una par con la cual identificarse, así llegó Soledad a su vida –quehastahoylaacompaña-.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> pasó por todos los gustos y adora la música, podía y puede pasarse horas encerrada en su habitación escuchando sus temas preferidos. Siempre lindando con los extremos, primero fue fanática de los Five (pero se cansó muy rápido de la boyband), luego tuvo varios años de seguimiento incondicional a Bon Jovi –llegó a llorar frente a la tv, mirando un videoclip-, mientras degustaba el rock nacional, que fue donde decidió quedarse para ya no trasladarse, más que emocionarse con el rock inglés. Charly García musicalizó muchos de sus momentos importantes y designó todo un estilo de vida –Say no more-.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente la <b style="color: #674ea7;">melodía</b> de las <b><span style="color: #674ea7;">canciones</span></b> un recuerdo de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Es un recuerdo por excelencia, ya que con un poco de oído y memoria, se vuelven un apuntador de momentos importantes. Repensar situaciones de la vida puede llevar a una mujer en formación a descubrir que en su mayoría están musicalizadas (las coreografías de Las tres Marías, Chiquititas; los bailes brasileños de los cumpleaños de quince; las canciones que eran hits en las vacaciones; etc) o, a la inversa, recordar canciones la lleva a perderse en un recuerdo. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">No es necesario tener demasiada memoria auditiva, sólo una pequeña cuota de percepción y sensibilidad para capturar todo aquello que las delimita en el presente. Y, al fin, como dice una de mis canciones preferidas: “…quiero esconderme en tu memoria…”</span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-71673153131194314342011-11-02T19:28:00.003-03:002011-11-13T18:33:02.380-03:00La enseñanza<div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Si hay algo que condiciona a una mujer en formación es su pasado. En eso, la escuela es una de las instituciones donde emprende el trayecto de crecer.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">A estas mujeres en formación el azar les jugó una gran pasada: cayeron todas en el mismo espacio áulico en primer año del secundario. Y es que, más allá de los procesos cognitivos, lo que realmente les dejó la escuela para toda la vida fue un grupo de amigas.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Carolina</b> provenía de otro colegio y tardó varios años –a costas de otros cuasi grupos de amigas- en integrarse plenamente. Por su carácter era muy apreciada por todos, en ese momento, no tenía maldad… el tiempo la hizo desarrollar un ímpetu respetable.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> pasó gran parte de su vida en una caja de cristal –en bobolandía- con unas compañeras que se distinguían por peleas constantes por pantalones (envezdepolleras), celos, envidia y falsedad… aunque hay que reconocerles que nadie manejaba los pasos coreográficos en las fiestas de quince como ellas. Siempre había tenido un lazo particular con <b><span style="color: #6aa84f;">Martina</span></b> que la arrastró y hasta llegó a darle de comer en la boca –literalmente-.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Natalia</b> e <b style="color: #6aa84f;">Inés</b> contaban con la ventaja de haber sido amigas y compañeras desde muy pequeñitas. Eran benditas entre todo un curso de varones y otros especímenes –según su imaginario: ellas les encontraban “materia fecal” a sus compañeras en las mochilas, cuando en realidad eran medialunas podridas-. Constituían un par bastante peculiar y siempre era preferible tenerlas de amigas. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> iba al curso con <b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> y eran “las de la mañana” junto a <b style="color: #6aa84f;">Natalia </b>e <b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span></b>; mientras que <b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> y<b><span style="color: #6aa84f;"> Martina</span></b> se conocieron en el último año de la primaria cuando <b style="color: #6aa84f;">Martina </b>llegó de un lugar lejano. <b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> fue siempre la niña diez que tenía el respeto de todos y exitosa en los deportes; muy compinche con Vanina que luego se fue mudando por varias ciudades hasta casi perder contacto.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> padeció bastante la integración a la nueva escuela. Venía de otra realidad –probablemente más inocente y conservadora- y adaptarse, en una etapa tan cruel para los niños, le costó varios gritos. Logró hacerse respetar por su carácter fuerte, pero le resultaba difícil reaccionar al paso del tiempo: de golpe tuvo que reaccionar de que ya no estaba jugando en el árbol del parque de su amada ciudad de origen y que ahora la “moda” eran los asaltos/mattine de varones y mujeres juntos a la noche.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Por lo demás, la escuela era lo de menos… llegaron a disfrutar del último periodo fértil de la institución antes de su debacle. Un grupo docente envidiable que se encontraba en los momentos finales de su carrera y que les daría todo el amor y cansancio de tantos años de academia. La última sorpresa grata se la llevarían años después cuando ganaron las elecciones para ser centro de estudiantes…</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="line-height: 115%;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente la <b><span style="color: #674ea7;">enseñanza</span></b> de la <b><span style="color: #674ea7;">escuela</span></b> un recuerdo de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? La escuela es un espacio de contención y aglomeración, de depósito de conocimientos en los cerebros de los alumnos… pero más aun, un lugar de construcción simbólicas de la amistad. Uno de los primeros sitios donde una mujer en formación debe toparse con gente si o si y aprender a compartir, a deslindar responsabilidades, a luchar por lo que realmente se quiere –típicas discusiones de púber-. Ellas lograron algo que muy pocos grupos consiguen: sobrevivir al paso del tiempo y a la contención del espacio –escuela- para forjar un grupo de amigos tangible y entrañable acompañadas siempre de sus hombres –compañerosamigos- de toda la vida.</span></span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-13420690831074953712011-10-23T12:35:00.002-03:002011-10-23T12:40:24.295-03:00La caída<div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Si hay algo de lo que no se puede huir es de experimentar la vergüenza pública de una <b><span style="color: #674ea7;">caída </span></b>(como de los cuernos, según un dicho popular).Inevitablemente, se atraviesa por un momento en el que las mejillas se sonrojan y el calor comienza a elevarse cual olla a presión. Acto seguido: el <b><span style="color: #674ea7;">derrape</span></b>.</span></div><div></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Cuando niñascuasiteens generalmente se transita un período de metamorfosis donde prima la deformidad y a ello se suman nuevos objetos –que durante la infancia eran el centro de atención-: los tacos. <b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> era una experta en caídas, cada boliche lleva su piedra angular, o mejor dicho la de alguna parte de su cuerpo, especialmente las rodillas. Un defecto que logró controlar, medianamente, con los años…</span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Durante sus primeras salidas incursionó por varios centros de reuniones nocturnas de su ciudad y, por ende, conoció en detalle sus escaleras –con escalones filosos-, baldosas, azulejos, vidrios, bla,bla,bla… Cuando no, también, perdía dinero: ¿a quién se le podría ocurrir colocar billetes en una bota/zapato que le queda grande o que tiene el taco a medio quebrar por su hermana mayor?</span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Martina</span></b> también padeció derrapes, pero en el colegio. Tenía un compañero, Manuel, que se caracterizaba por querer llamar la atención y chocaban bastante a menudo, tan literal que un día intentando probar un juego le quebró la rodilla a <b><span style="color: #6aa84f;">Martina </span></b>y estuvo en edad de merecer su primer yeso a lo largo de toda su pierna. En cuestiones de quebraduras, <b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia</span></b> también se distinguía; sólo a ella pudo ocurrirle semejante derrape: jugando con Juana* intentó pegarle una patada y se quebró los dedos de uno de sus pies.</span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Carolina</b> no derrapaba por su propia cuenta, pero si por su compañía. Tenía de “amigacompañeradebanco” a una top model*<span style="font-size: x-small;"><sup>2</sup></span> cuyas caídas –se supone- debe haber padecido de pequeña y en el hemisferio norte, porque su capacidad de raciocinio dejaba mucho que desear. </span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente la caída que representa al derrape un recuerdo de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Más que un recuerdo es objeto de atención permanente. Nadie está exento de los tropiezos, pero es real que hay un momento culmine en la vida de toda mujer: la pubertad/adolescencia. Intentando reconocer su propio cuerpo, que crece más rápido que su capacidad de aceptación a los cambios, pierde la orientación espacial y muchas veces el resultado es una caída pública. Pero no habría que otorgarle tanta importancia, excepto que se trate de un derrape emocional, porque de ahí no hay retorno. Esa frase hecha “nohayquearrepentirsedenada” es una seguidilla de falacias, cómo no arrepentirse del tipo que besaste a los quince y estaba ebrio -o vos ebria-, con mal aliento, o que te hizo quedar con la sensación de “¿estoeraelprimerbeso?”. ¡Nada de superación naif! Hay equivocaciones de las que no se vuelve; otra cuestión será los aprendizajes que ello deja. “¡Basta de cuasi mujeres con discursos de superadas!” La mejor forma de superarse y convertirse en una mujer en formación auténtica es aceptar las caídas, los errores, las vergüenzas públicas –y privadas-, en fin… los derrapes, y asumirlos, pero no para demostrarse fuerte (¿a quién tenés que demostrarle algo?). Relajarse y asistir al crecimiento, tal vez sea la mejor receta. </span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">*Personaje de poca trascendencia para esta historia, aunque se inmiscuyó en varios momentos de la vida de estas mujeres, algo así como una cuasi amiga que hoy les huye en los boliches. </span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: x-small;">*<sup>2</sup><span style="font-size: small;"><sub>ibidem.</sub></span></span><sub> </sub></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-52138241667189822842011-09-25T20:22:00.001-03:002011-09-25T20:23:17.664-03:00La perspectiva<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">Si algo delinea el futuro de una niña son las experiencias de sus vínculos más cercanos. Todo lo que consume en sus primeros años de vida la envuelven en una nube de “lo real” que la persigue o la llena de honores, si se concreta ese ideal.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Algunas veces están talladas a mano por sus padres, otras son ellas mismas las que necesitan volverse a imagen y semejanza de ellos, o de algún referente. La infancia es la etapa de las idealizaciones y sentirse realizada, en ese momento histórico, tal vez sólo signifique robarle los tacos a mamá para calzar en su femeneidad.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> fue víctima de su propio dibujo. Una marca de medicamentos para niños solía lanzar concursos cuya propuesta era dibujar quéqueréssercuandoseasgrande y muchos caímos en esa trampa. Ella dibujó una profesión que tenía en mente con seis o siete años; esa expresión artística la persiguió hasta hace poco tiempo, colgada en la puerta de su habitación. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Pero sí hubo algo en lo que siempre se destacó fue en los deportes y se desempeñaba como líder de todos los equipos que conformaba. Además, era bien rápida para los números –nadaescasualenestavida-. Y el mismo juego de habilidades con los números practicaba <b style="color: #6aa84f;">Natalia</b>; sobresalía por su inteligencia y agilidad con las matemáticas, y sus tardes pasaban entre negocios que ella improvisaba, de los que era la contadora, la propietaria y cajera.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Romina </b>se dedicaba al arte: pintaba y tocaba la guitarra. Si bien no construyó su futuro en base a ello, si le despertó una sensibilidad especial que se tradujo en la capacidad para tratar con las personas. <b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span></b> también estudió guitarra durante muchísimos años y aunque no le fue muy útil también le ayudó a crear criterios estéticos y aplicarlos a madera balsa, pegamentos, cartón, etc.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Carolina</span></b> y <b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia</span></b> no demostraban un perfil muy definido durante su infancia, pero ambas contaban con algo particular, esencial para su profesión: el carácter. Con un temple admirable, son capaces de encenderse ante el más pequeño resto de fuego, por lo que será imposible que las pasen por encima en una profesión de la que los hombres creen haberse adueñado.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Martina</span></b> experimentó dos situaciones reveladoras: cuando a los ocho años leyó “Reportajes supersónicos” –descubrió su pasión por la lectura y comenzó a concebirse como reportera de guerra- y cuando eligieron su poema para ser leído en el acto de finalización de la primaria –esa fue la afirmación de uno de sus deseos de autorealización más grandes: la escritura-. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente la <b><span style="color: #674ea7;">perspectiva</span></b> hacia una <b><span style="color: #674ea7;">profesión</span></b> un recuerdo de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Rememorar todos los deseos cuando niñas, le permite a la mujer hacer una autoevaluación. Anhelar un futuro es maravilloso y la hace sentir viva. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Pero hay un detalle: no todas las mujeres tienen la necesidad o posibilidad de concebirse profesionales o trabajadoras; aunque de lo que no podrán huir es del estigma social –aun en plena posmodernidad- de ser amas de casa. Un cuasi mandato para toda mujer que se jacte de tal; y es que más allá de las horas que trabajes fuera, de las obligaciones que tengas y de los niños que decidas criar, siempre habrá una escoba y una plancha esperándote. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Más allá de todas estas cuestiones, tener la posibilidad –realidad bastante occidental- de pensarse a si misma desempeñando un rol preponderante en la sociedad, le da a la mujer un aire de libertad que refresca su imaginación.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"> </span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-823063419547362032011-09-16T15:26:00.002-03:002011-09-16T16:47:44.157-03:00La lealtad<div></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Si hay un algo material a lo que toda mujer le tuvo, le tiene y le tendrá <span style="color: #674ea7;"><b>lealtad</b> </span>es a las <b style="color: #674ea7;">muñecas</b>. Rubias, de ojos celestes y delgadas; castañas; bebotes… hombres y mujeres plásticos. Criaturitas a las que había proteger por el simple hecho de que estaban prefabricadas para vendernos una realidad.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">¿Pero qué es realmente lo material o lo objetivado: la muñeca o la infancia? Construidas para construir un ideal de mujer en la mente de todas las pequeñas, a decir verdad también constituían un momento de diversión donde se dejaba volar la imaginación. Depositarias de todos los deseos de una niña o niño, ellas permitían vivir la vida adulta de un modo inocente. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> nunca fue muy devota de las “Barbie”, prefería emplear su propio cuerpo para realizarse como cocinera -en el arenero de su patio- o periodista –con la radio y un grabador-. Si tuvo un sueño frustrado fue no haber recibido nunca la “Juliana Periodista”, mientras tanto se contentaba imitando en la vereda de su casa a “Las tres marías” –siempre quería ser María Eugenia- o “Chiquititas” –ella, por una especie de acuerdo implícito entre los vecinitos de la cuadra, era “Pato”-…</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span></b> no tenía muchas “Barbie”, pero jugaba con las de <b><span style="color: #6aa84f;">Natalia</span></b> y podían pasar toda una tarde inventando historias de amor con sus compañeritos de la primaria. El “ken” era un personaje fundamental y probablemente respondiera al nombre Franco, es que tenían demasiado en común. También disfrutaban de patinar con los roller por la rampa del garaje de <b style="color: #6aa84f;">Natalia</b> y hacerle la vida imposible a Juana*.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> era la típica hija de ensueños con la colita al costado y enteritos de todos los colores, era la niña mimada de la familia. De allí que tuviera todos los juguetes que deseara… su femeneidad iba en directa proporción con la decoración de su habitación –que en la actualidad conserva: flores, corazones…- y era tan angelical que sus “Barbie” no besaban a un “Ken” que ya hubiera besado a otra. Se parecía bastante a <b style="color: #6aa84f;">Romina</b> que era tan impecable que nunca jugó con barro y casi no tiene recuerdos de su infancia.</span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente la lealtad a las muñecas un recuerdo de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Creadas con el fin de prestarle a la mujer su existencia para volverla adulta, </span><span style="font-size: small;"> por unos instantes,</span><span style="font-size: small;"> las muñecas representan todo aquello que ella deseaba ser. Probablemente a imagen de su madre, abuela, o algún personaje de televisión, ellas tenían el poder suficiente para ser grandes y exclusivas: una especie de mujer a la carta. </span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">El resultado es esa inmensa lealtad a las tardes completas creando ficciones tan reales, tan puras. Y es que hasta cuando se trataba de bebotes demandaban cuidado; justamente por esa cuota de personificación que les faltaba se volvían indefensas y protegerlas a ellas era, en parte, desarrollar un instinto maternal y, a la vez, un deseo de autorealización. Mentadas para darle a esa mujer en formación una vida, ellas no sólo merecen respeto y lealtad, si no también una mirada crítica para comprender cuál es el estereotipo industrial que se le quiere imponer desde pequeñas.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: x-small;">*Personaje de poca trascendencia para esta historia, aunque se inmiscuyó en varios momentos de la vida de estas mujeres, algo así como una cuasi amiga que hoy les huye en los boliches. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-21506399539208781542011-05-23T19:38:00.000-03:002011-05-23T19:38:38.789-03:00La plenitud<!--[if gte mso 9]><xml> <w:WordDocument> <w:View>Normal</w:View> <w:Zoom>0</w:Zoom> <w:TrackMoves/> <w:TrackFormatting/> <w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone> <w:PunctuationKerning/> <w:ValidateAgainstSchemas/> <w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:DoNotPromoteQF/> <w:LidThemeOther>ES</w:LidThemeOther> <w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript> <w:Compatibility> <w:BreakWrappedTables/> <w:SnapToGridInCell/> <w:WrapTextWithPunct/> <w:UseAsianBreakRules/> <w:DontGrowAutofit/> <w:SplitPgBreakAndParaMark/> <w:DontVertAlignCellWithSp/> <w:DontBreakConstrainedForcedTables/> <w:DontVertAlignInTxbx/> <w:Word11KerningPairs/> <w:CachedColBalance/> </w:Compatibility> <w:BrowserLevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> <m:mathPr> <m:mathFont m:val="Cambria Math"/> <m:brkBin m:val="before"/> <m:brkBinSub m:val="--> <m:smallfrac m:val="off"> <m:dispdef> <m:lmargin m:val="0"> <m:rmargin m:val="0"> <m:defjc m:val="centerGroup"> <m:wrapindent m:val="1440"> <m:intlim m:val="subSup"> <m:narylim m:val="undOvr"> </m:narylim></m:intlim> </m:wrapindent><!--[endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
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<div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Una causa y una consecuencia… la fusión exacta si con la alquimia pudiera encontrar la fórmula de la felicidad. Esencia que desborda y contagia, que aglutina pasiones, deseos, todo aquello que se encuentra tan profundo y, a la vez, tan expuesto. La mujer en su <b style="color: #674ea7;">plenitud</b>. Estas amigas, sin notarlo y por mucho más que cuestiones coyunturales, se hallaban en un momento pleno.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Natalia</b> vivía la plenitud a través del aire libre. Había aprendido a reconciliarse con sus propios pasos y salía a recorrer el camino de la vida, pese a todas las adversidades. Curiosamente, la plenitud hoy la representaba como una tía maravillosa rodeada de niñas que se volvieron el complemento exacto de otras épocas tristes de la familia.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Inés </b>transitaba los tramos finales de una carrera que requirió de ella mucho sacrificio. Hoy se sentía plena al mirar hacia atrás y planificar un bello futuro con la persona que desde hacia casi una década la acompañaba.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Sabrina </b>estaba atravesando un momento de mucha luz. Es que cuando tuvo las fuerzas suficientes para desplegar las alas de su imaginación, logró concebirse a si misma. En estos momentos se encuentra, valga la redundancia intencional, reencontrándose con su yo interno y con la voz de sus deseos postergados. Además, se anima a ser feliz de la mano de un hombre que le resulta incondicional. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Carolina</b> comenzaba a manifestar todos los años de conocimientos adquiridos. Tras una larga espera, y algunas decepciones, empezaba a hallar su rol profesional, ese único eslabón pendiente en la cadena de felicidad que desde hacia varios años venía construyendo. Rompía sus rutinas de estudio y noviazgo, pero tomaba el riesgo para descubrirse.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Romina </b>se percibía a sí misma en un proceso de reflexión y aceptación. Nunca se quejó mucho de su vida, prefería más esforzarse por conseguir lo que se proponía. Con una carrera en marcha, un familiar muy querido a unos cuántos kilómetros y una relación que le demandaba la típica frase hecha “creeroreventar”, se anima a enfrentarse a sus miedos con la templanza del pensamiento que la caracterizaba.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia </span></b>estaba revolucionando sus propios esquemas. Desbordada completamente por lo real de la cotidianidad, comenzaba a rozar la felicidad. Dejaba de lado las recetas para el amor y se decidía nuevamente a arriesgar: ¿Qué podía haber peor que un hombre? Otro hombre. Deshaciéndose de sus idealizaciones, se permitía encontrar su brillo interior, ese que daba tanto sentido a la vida de quienes la rodeaban. En lo demás, <b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia </span></b>ya era una señorita profesional con todas las letras y un título en puerta. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina </b>estaba un poco más alejada de la plenitud. Inmiscuida en sus decepciones, había perdido el sentido de la vida. O al menos de la vida que había mentado para si: a su rol profesional no lo hallaba y comenzaba a replantearse tantos preconceptos; su vida de ama de casa la ahogaba, al igual que el modelo de mujer que se negó a desear; se sentía en un pozo profundo del que no podía salir y que, justamente, la hacia sentirse vacía. Pero algo la animaba a esbozar la felicidad: varias personas que la acompañaban, especialmente un ser que le devolvía la sonrisa y se transformaba en su complemento. Tenía todo lo que a que ella le faltaba, sobre todo tranquilidad y "desacelere". <b><span style="color: #6aa84f;">Martina</span></b> lo admiraba y adoraba observarlo, aprender de su experiencia de vida. <span> </span><span> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente <b><span style="color: #674ea7;">la plenitud</span></b> una virtud de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? La mujer como ser es plenitud. Ella es un eterno “estar siendo” en este mundo hostil que la pone a prueba a diario. Los desafíos la hacen crecer y es tan inmensa como indescriptible. Quien diga que conoce a las mujeres, miente. El misterio las envuelve y desvela a muchos. Tan llena que estalla en aprendizaje. Si pudiera emplear un significado para la plenitud, probablemente diría que es ese trayecto cotidiano a la felicidad, todo lo que hallamos y construimos sin darnos cuenta mientras tratamos de </span><span style="font-size: small;">vencer represiones y </span><span style="font-size: small;">alcanzar nuestros deseos. </span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-67160865571736373952011-05-09T20:13:00.003-03:002011-05-09T20:26:50.970-03:00La belleza<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;"><m:smallfrac m:val="off"> <m:dispdef> <m:lmargin m:val="0"> <m:rmargin m:val="0"> <m:defjc m:val="centerGroup"> <m:wrapindent m:val="1440"> <m:intlim m:val="subSup"> <m:narylim m:val="undOvr"> </m:narylim></m:intlim> </m:wrapindent> </m:defjc></m:rmargin></m:lmargin></m:dispdef></m:smallfrac></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Si una mujer pudiera definirse en una sola palabra probablemente elegiría <b><span style="color: #674ea7;">la belleza</span></b>. Cuán plena es, cuán ELLA…</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Su luz, aura, brillo ilumina un mundo materialista y egoísta. Es imposible no caer a los pies de la sonrisa de una enamorada, la gracia de una recién recibida, el temple de una anciana, la grandiosidad de una embarazada… y es que la belleza es mucho más que un rostro bonito, un buen cuerpo o todos aquellos parámetros artificiales que en la actualidad se intentan imponer.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Cada una de estas mujeres tenía algo que las volvía bellas. Exteriormente preciosas, con facciones delicadas y un modo de andar y vestir propio de la ciudad de donde provenían. Pero lo más </span><span style="font-size: small;">exquisito que poseían era su belleza interna: cada una aposentada sobre su realidad, tan personal y compartida, es que eran tan amigas que inmiscuirse en sus micrositios era un placer y necesidad. <b>El tamaño exacto si la inmensidad se pudiera dimensionar, me dan vida.</b></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Carolina</span></b> la simpatía, caía bien a todos y jamás se conoció alguien que no la soportara; querida y respetada, poseía una inocencia que de ningún modo la volvía débil.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Inés</b> la espontaneidad, era tan acelerada que a veces inhibía. Todo debe pasar por sus manos, pero es muy solidaria. Sin ningún filtro, ella es lo que muestra con una sinceridad brutal, es la que siempre dice lo que siente en el momento que pasa por su cabeza.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Natalia</span></b> la sonrisa; más que una virtud, un mecanismo de defensa, ella sonríe por todo y nada es lo suficientemente serio. Siempre tiene una humorada prefabricada y contagia alegría. Es la primera en estar en situaciones complejas y la más escurridiza a la vez.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> la dedicación; por momentos obstinada, reniega con el mundo y con su propio mundo. Emprende todo en la vida con un empeño que es digno de admiración. Es capaz de sacrificar cualquier cosa por lograr lo que quiere y como ella lo quiere. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Romina</b> el acompañamiento; la que siempre está. Enorme, porque tiene la fuerza y capacidad de oír y aconsejar. Se planta frente a cualquier realidad y presenta su punto de vista, simplemente porque sabe lo que quiere. Eso la vuelve muy respetable.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Eugenia </b>la defensa; luchadora nata, la vida la había enfrentado a muchas situaciones límite que la hicieron dar batalla al dolor físico de un accidente y al interno por chocar de frente con la realidad. Decidida sólo cuando algo requiere su importancia, ella estaba aprendiendo a no tomarse nada como tan tremendo.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> aun no había descubierto su belleza y dudaba de poseerla. Si tuviera que plantarse honestamente frente a ella misma, seguramente pensaría en la incondicionalidad. Vivía por y para los demás; nada en su vida era suficientemente imprescindible como el amor que sentía por quienes la rodeaban. Detestaba las personas absorbentes, pero ella dedicaba sus días a intentar hacerle bien a quien estuviera a su alrededor. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente <b><span style="color: #674ea7;">la belleza</span></b> una virtud de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? La virtud más subjetiva, la belleza envuelve todo el misterio y seducción que una mujer puede desarrollar. Tan emparentada con la seguridad en si misma, no hay algo más bello que una mujer en su plenitud. Y es que es digno de admiración observarla dar pasos firmes por el camino de la vida sin importarle lo que digan los demás. Cuántas veces se las trata de feas, de gordas, petizas, narigonas, esqueléticas, bla, bla, bla. Conformar y complacer al resto es imposible y agotador; quererse a una misma debería ser una opción de vida. </span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-44471209192105413112011-05-02T15:09:00.001-03:002011-05-02T15:10:40.964-03:00La sabiduría<m:smallfrac m:val="off"> <m:dispdef> <m:lmargin m:val="0"> <m:rmargin m:val="0"> <m:defjc m:val="centerGroup"> <m:wrapindent m:val="1440"> <m:intlim m:val="subSup"> <m:narylim m:val="undOvr"> </m:narylim></m:intlim> </m:wrapindent> </m:defjc></m:rmargin></m:lmargin></m:dispdef></m:smallfrac><br />
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Dicen que el tiempo y el paso de los años otorgan la sapiencia de “haberlas vivido a todas”. Estas jóvenes en cuestión odiaban las frases típicas: “yoyalapase”,“enmiépocaesascosasnopasaban”, “cuandovosfuiste,yofuiyvinedosveces”… Y muchas otras de ese estilo que tranquilamente podrían entregarse en fascículos coleccionables, cual libro de Doña Petrona o las 100 recetas prácticas con huevo de Choly Berreteaga (paraserunagranamadecasa).</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia</span></b> se había autoconvencido tantos años de que un noviazgo eterno era la fórmula de la felicidad, que cuando ello se desmoronó sus deseos de vivir también. Se resistía a concebir una nueva forma de construir caminos y, por ende, terminaba derrapando en la misma carretera y saltando sobre el mismo pozo. <b><span style="color: #6aa84f;">Martina </span></b>últimamente se había encargado de recordarle cuántas lágrimas había derramado y cuán fatalista veía su vida unos pocos meses antes: hoy se permitía darse una nueva oportunidad y todas sus planificaciones absurdas (plazos para permitirse volver a ser feliz) se rendían a los pies de su sonrisa.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">El tiempo y su voluntad forzada por salir adelante le enseñaron a replantearse la cotidianidad y ello le otorgaba gran sabiduría. Algo similar le ocurría con respecto a las relaciones que con su amiga <b><span style="color: #6aa84f;">Martina</span></b> observaban desde afuera: <b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia </span></b>porque después de tantos años se sabía de memoria las 10 tips para darte cuenta cuando tipo te va a dejar, y <b><span style="color: #6aa84f;">Martina </span></b>por ser la eterna dejada-dejadora. Veían peregrinar una por una las relaciones de sus seres cercanos hacia la irremediable ruptura y absortas ante sus pronósticos cumplidos, comenzaban a replantearse sus profesiones (siempre es un buen “curro” convencer a la gente de que uno sabe del amor = fracasadas).</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Natalia</span></b> y <b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> habían aprendido también del tiempo: ambas gozaban de una cualidad inmensa, la paciencia. Cuando los resultados no siempre son los esperados la desesperación apremia, más aun cuando las expectativas de quienes las rodean se vuelven epidérmicas. Experimentar la desazón pero aprender de ella y relajarse con el paso de los años es un privilegio que las dos se permitían dar. Ellas tenían en claro que no hay nada suficientemente fatal en la vida facultativa. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente<b><span style="color: #674ea7;"> la sabiduría</span></b> una virtud de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Exquisita como el sabor de la experiencia, la sabiduría por si misma es inalcanzable e inacabable, siempre se está en formación, siempre se está aprendiendo. La paciencia y la predisposición revisten de una importancia suprema, ya que palpar en el paso de los años algo más que arrugas y marcas en la piel es necesario y satisfactorio. A la mujer siempre se la coloca en el orden de lo pasional, el raciocinio es exclusivo de los hombres (basta conocer minimamente El Banquete de Platón y encontrar allí “la clave” de una homosexualidad autoinducida); pero para sorpresa de muchos, ellas también están capacitadas para optimizar las experiencias vividas y renovarlas en forma de melodía que alimentan el alma. Si tuviera que pensar en capturar un momento cúlmine para comprender en sonidos lo que la sabiduría despierta en la mujer seguramente invitaría a escuchar o leer <a href="http://solounacosaesnecesariatodo.blogspot.com/2009/11/epoca-de-balances-por-excelencia.html">Vida</a> de Charles Chaplin, pero más aún recomendaría comenzar a oir nuestro propio interior y la voz que nos susurra suavemente desde un lugar que no es físico, ni material, que los ojos no pueden ver, ni la razón comprender… la fe. </span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-28842790584930733752011-04-22T16:33:00.004-03:002011-04-22T16:46:49.479-03:00La perseverancia<m:smallfrac m:val="off"> <m:dispdef> <m:lmargin m:val="0"> <m:rmargin m:val="0"> <m:defjc m:val="centerGroup"> <m:wrapindent m:val="1440"> <m:intlim m:val="subSup"> <m:narylim m:val="undOvr"> </m:narylim></m:intlim> </m:wrapindent> </m:defjc></m:rmargin></m:lmargin></m:dispdef></m:smallfrac><br />
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida… Frase hecha propia de las tarjetas de cumpleaños o aniversario… ¿Cuánto puede costarle a una mujer dejarse sorprender? ¿Qué tan conveniente puede resultar dejar las cosas libradas al azar, el destino, la buena de Dios, bla, bla, bla? </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Y es que <b><span style="color: #674ea7;">la perseverancia</span></b> muchas veces implica tener en claro lo que una mujer quiere alcanzar para llegar por “motu proprio”. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> era perseverante, pero inconscientemente se dedicaba a realizar vuelos rasantes por lo obstinada y necia. ¿Qué le hacia pensar que tenía el poder suficiente para hacerle cambiar a un hombre todo lo que a ella no le gustaba? A veces la cualidad de voluntariosa debería invertirse mejor para no obtener pérdidas dolorosas. <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> se dedicaba a llorar bastante seguido por no encontrar alguien que la quiera; sin embargo, ella estaba empecinada en hallar un tipo para hacer caridad o su madre protectora, la salvadora… no la noviaesposamujeramante. Sin quererlo se había rodeado siempre de niños (con toda la significancia de un tipo de suficiente edad pero deficiente intelecto) con historias de vida complejas, problemas graves, cuestiones irresueltas. Ello era simple, <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> se aburre rápido de todo y necesita acción, pero en vez de darle sabor a su propia vida, degustaba la amargura de los demás… el desenlace era inevitable: siempre terminaba con ganas de más, pero agotada mentalmente… </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">De todos modos, tanta obstinación empezaba a dar sus frutos. Cuando logró relajarse y descansar un poco de si misma, apareció un Romeo con nombre de rey, bastante particular y que la descontracturaba por medio de la risa.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia</span></b> empezó a dejar la comodidad de lado y descubrirse perseverante luego de que Misterantineuronas la dejara. Ella creía, sin razón, que si existía el día que terminaran, se acabaría su vida. Contrariamente no ocurrió así, verse sola y fuera de la sombra de un tipo que jamás supo valorarla la ayudó a crecer y trazar nuevos objetivos que iban de la mano de la diversióndescontrol. Y en eso, un nuevo Romeo… No faltó quien le dijo “no te ilusiones” (o peor aún, “ya estás enganchada”), pero ¿Qué parte no comprenden de que es un milagro que después de tanta decepción del género masculino aun se permita conocer a alguien? </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Carolina</b> y <b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> compartían el empeño y, por ende, la perseverancia en cuanto al estudio se refería. Ambas estudiantes universitarias con aciertos y decepciones, como todos, luchaban día a día con los libros y los autores que en más de una ocasión se les revelaban. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="color: black;"><b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b></span> ya se destacaba durante la secundaria, era la que siempre tenía la carpeta completa y a la que se podía recurrir para obtener cualquier resumen. De todos modos, <b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> también tenía en quien apoyarse cuando los números batallaban en su cabecita: <b style="color: #6aa84f;">Inés</b>, que le explica todos los “porqués” hasta que la sacara de las casillas. Mientras que <b style="color: #6aa84f;">Carolina</b> comenzó, en los primeros tiempos facultativos, a ganarse un espacio de respeto entre sus amigos por su récord: la mayor cantidad de horas diarias frente a un libro y la mejor plagiadora de resúmenes.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente<b><span style="color: #674ea7;"> la perseverancia</span></b> una virtud de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Saber hacia dónde nos lleva el camino es complejo, pero la clave está en comprender el sentido de propiedad que tiene una mujer sobre su vida. Las metas son personalísimas, al igual que los deseos. Sus elecciones son las que definen a la mujer como ser único. Es insostenible responder al espejo de los demás, pero mucho más forzarse por ser quien no se quiere. El ideal: Mujer que se observa anclada en un espacio, en un lugar que le pertenece, que se ganó por su calidad de SER. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Como autora de este espacio, me reconozco admiradora de todos aquellos que luchan para que se respeten sus derechos y elecciones sexuales; más aun de su paciencia hacia una sociedad que cree tener poder sobre sus vidas para permitirles caber dentro de las etiquetas que ella misma les impuso. Perseverar por y para algo tan maravilloso como el amor por el prójimo; ¡qué nos puede volver más libres que expresar lo que tenemos en claro que queremos para nuestras vidas! </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-56277425271698007882011-04-13T21:11:00.001-03:002011-04-13T21:30:18.396-03:00La fortaleza<m:smallfrac m:val="off"> <m:dispdef> <m:lmargin m:val="0"> <m:rmargin m:val="0"> <m:defjc m:val="centerGroup"> <m:wrapindent m:val="1440"> <m:intlim m:val="subSup"> <m:narylim m:val="undOvr"> </m:narylim></m:intlim> </m:wrapindent> </m:defjc></m:rmargin></m:lmargin></m:dispdef></m:smallfrac><br />
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span class="eacep">Extraña dicotomía se plantea con respecto a <b><span style="color: #674ea7;">la fortaleza</span></b>, o la fuerza en sí misma… Por una cuestión de constitución física, las mujeres eternamente fueron tildadas de frágiles. Sin embargo, el sexo débil se le atribuye al hombre; aunque en seguida nos regresen el favor, porque si el es débil es porque la mujer lo provoca. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span class="eacep">Todo en la vida de una mujer significa pujar: para que te contraten porque al cargar con el estima del género probablemente contraten antes a un hombre, que a vos por la licencia de maternidad paga (resígnate siempre vas a dar perdidas); para ser madre tenés que pujar y ajarte del dolor; para que se obedezcan tus derechos; para evitar que te golpeen o maltraten; para ser la madre ejemplar; para ser la ama de casa más eficaz; para que te respeten sin más… </span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span class="eacep">Si se concibe la fortaleza como la defensa natural que tiene algo o alguien por su calidad de entidad misma, <b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia </span></b>y <b><span style="color: #6aa84f;">Sabrina</span></b> sin dudas representaban el paradigma, el ejemplo más claro de esta virtud.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span class="eacep"><b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> venía buscando su lugar en el mundo desde hacía mucho tiempo, actividad netamente inconsciente. Hasta que un tiempo de confusión y decepción de sí misma la hizo hallarlo a la fuerza. Bien digo, a la fuerza, ya que tuvo la capacidad de mover todos aquellos obstáculos que no le permitían encontrarse consigo misma, que le prefabricaban los deseos y aspiraciones. Hoy se inmiscuía en un nuevo proceso de aprendizaje que incluía independencia de pensamiento y económica. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #6aa84f; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span class="eacep"><b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> había entendido a la fuerza que debía convertir su fortaleza en una virtud para salir a un mundo que le resultaba ajeno… es que era más cómoda la caja de cristal en la que la habían colocado durante tantos años, que cuando esos otros mismos se encargaron de partirla en mil pedazos, tuvo que erguirse y caminar sobre los cristales rotos. Con un dolor, que no era físico por pisarlos descalza, sino del alma por intentar reconstruir su vida con los pedacitos más grandes y concluir que era en vano. Renacer luego del dolor era duro, pero era su primer signo de crecimiento y cuán maravillosamente grande estaba ahora…</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span class="eacep"><b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span></b> tenía una fuerza física muy notable y ganaba todas las pulseadas. Se distinguía por su perseverancia y hoy disfrutaba de estar al borde de convertirse en una profesional. Mientras que <b style="color: #6aa84f;">Romina</b> se hallaba en medio de un tiempo de trance. La partida de un familiar querido al exterior la posicionaba en el incomodo lugar justo entre la felicidad por ver el deseo cumplido de ese otro y el sufrimiento de la perdida –aunque momentánea-. Tenía la fortaleza del temple en situaciones complejas y enfrentaba con mucha entereza la situación. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span class="eacep"> </span></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente<b><span style="color: #674ea7;"> la fortaleza</span></b> una virtud de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Es una gran virtud, pero a la vez es un medio o un modo de desenvolverse en esta vida. La fuerza es una respuesta a la resistencia, a algo que se resiste y a la vez implica resistir. Una de las palabras con mayor cantidad de connotaciones, la fortaleza es lo que distingue a la mujer, a la luchadora. Y ello ocurre de ese modo porque fue esta sociedad patriarcal la que posicionó, a lo largo de la historia, a la mujer como débil en cuanto al físico y al ingenio –no es necesario indagar tanto, sólo basta leer el Antiguo Testamento y comprender que es la responsable del pecado original en “larazahumana”-. Así, fueron los mismos hombres los que con su desprecio cuasi congénito concibieron al “monstruo” que pretenden opacar. Nada más corrosivo e inflamable que la subestimación. </span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-84682681769170052662011-04-06T15:39:00.006-03:002011-04-06T15:58:14.196-03:00La franqueza<m:smallfrac m:val="off"> <m:dispdef> <m:lmargin m:val="0"> <m:rmargin m:val="0"> <m:defjc m:val="centerGroup"> <m:wrapindent m:val="1440"> <m:intlim m:val="subSup"> <m:narylim m:val="undOvr"> </m:narylim></m:intlim> </m:wrapindent> </m:defjc></m:rmargin></m:lmargin></m:dispdef></m:smallfrac><br />
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Toda mujer tiene un halo de bondad, ese momento de hidalguía donde por unos instantes engendra a todas aquellas heroínas de la historia femenina y se convence de ser honesta, de tener <b style="color: #674ea7;">franqueza</b>…</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> era en exceso franca, sobre todo cuando experimentaba una especie de hartazgo. Padecía sincericidio en momentos en que rozaba la saturación, y eso había logrado uno de sus ex… ¿Qué parte no entendía este hijo del buen señor de que ella ya no quería saber nada –N-A-D-A- de él? Tuvieron un fugaz acercamiento meses atrás y después de su falta de decisión, <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> huyó… Como una encarnación del maldito refrán “todovuelve” este flaco apareció por C-H-A-T acechándola cada vez que ella se conectaba a alguna red social… Todos los días, todo el tiempo: Hola xxxxx, cómo estás? ¿Qué le importaba!!!!!!? Insostenible la situación y los nervios de <b><span style="color: #6aa84f;">Martina</span></b>, ella determinante le explicó de muy mala manera que estaba con alguien más (entre paréntesis: dejá de molestar), pero aparentemente algún problema cognitivo tenía Juancito porque aun insiste… </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Cómo se maneja la honestidad brutal… a veces es sabio saber controlarse y <b><span style="color: #6aa84f;">Martina</span></b> a esa materia no la había rendido nunca.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia</span></b> tenía un carácter delicado, era muy tranquila… pero si había alguien que colmara su paciencia era un miembro de su familia demasiado cercano. Qué capacidad de reventarle los nervios tenía esta mujer y allí se inmiscuía en un rosario de agresiones del que <b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> no podía retornar… La amaba, pero ahí estaba la cuestión, es más fácil desquitarse con las personas que nos pueden.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Inés</b> era sincericida por naturaleza y tenía la habilidad de insistir hasta lograr sus cometidos… así le fue con Hernán, un ex… La situación era complicada hacía ya unas semanas y bastó que él emitiera el cliché mágico (tengoquehablarconvos) para despertar la insistencia de <b style="color: #6aa84f;">Inés</b>… El chico le dijo que mejor hablaban en unos días porque no estaba decidido, pero ella le saturó la cabeza toda una noche hasta que logró que el nada lúcido rugbier soltara las pocas palabras que conseguía articular (exceptuando: pelota, partido, clásico, entrenamiento, scrum): estoy confundido, quiero un tiempo… La realidad es que <b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span><span style="color: #6aa84f;"> </span></b>no esperaba esa oración, si no un noviazgo, pero qué bien le sentó la decisión del otro un tiempo después… </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Carolina</span></b> era una buena amiga de este grupo de individuas en cuestión. Si había una virtud que le calaba los huesos era la franqueza. Tenía un modo angelical que hacía impensable su carácter y su postura frente a las cuestiones que le causaban indignación. Un ejemplo claro de su manera de reaccionar fue una situación áulica que ocurrió durante el cursado del secundario de estas niñas (haceuntiempo-ratolargo-ya). Gaspar, uno de sus compañeros, estaba transitando una época de "dejadez" y ni siquiera llevaba útiles al colegio... <b style="color: #6aa84f;">Carolina</b> le prestó una lapicera que terminó en la oreja de Gaspar (utensilio poco convencional); fue tal el enojo de ella al verlo realizar esta acción que gritó con desesperación logrando que todo el curso, incluida la docente, tomaran conocimiento de lo ocurrido. </span><span style="font-size: small;"> </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Romina </span></b>era muy franca y no le temblaba la voz al momento de dar una opinión o tomar una determinación. Era lógico, tenía que tolerar las historias de las demás hasta que oía el comentario justo para revertir el pensamiento retrogrado de más de una de sus amigas y proponerles que contemplen la posibilidad de que un tipo es capaz de mentirle por más que haga dos, tres, cinco o diez años que lo tenga al lado y que “entregarse” a un hombre no significa atarse, ni atarlo…</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;"><br />
</span></b></span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente<b><span style="color: #674ea7;"> la franqueza</span></b> una virtud de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Esta virtud no remite únicamente a la honestidad o sinceridad, si no que también reviste calidad de liberación, esa a la que se arriba por medio del libre pensamiento. Ser consciente de sus propias ideas y concepciones es lo que le permite a toda mujer gozar de la libertad y por ende, SER y ESTAR en este mundo machista, con todo lo que ello significa. Sólo puede ser honesta con los demás una mujer que es sincera consigo misma. </span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-89810963027667444322011-03-31T14:47:00.004-03:002011-03-31T15:21:25.093-03:00La dulzura<m:smallfrac m:val="off"> <m:dispdef> <m:lmargin m:val="0"> <m:rmargin m:val="0"> <m:defjc m:val="centerGroup"> <m:wrapindent m:val="1440"> <m:intlim m:val="subSup"> <m:narylim m:val="undOvr"> </m:narylim></m:intlim> </m:wrapindent> </m:defjc></m:rmargin></m:lmargin></m:dispdef></m:smallfrac><br />
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">¿Cuál es el límite que una mujer puede autoimponerse frente a su torta preferida o un kilo de helado? Relajarse, empalagarse… Reventarse por el placer mismo de darse un gusto (que puede conducirla en caida libre a un “ataque de hígado”).</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Pero, trazando una analogía, ¿cuál es el límite soportable de una mujer “dulce”?</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> tenía una capacidad exquisita: hacer percibir a los demás su propia dulzura. Sus manos habían devuelto la calma de <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> en varias oportunidades tristes y desesperantes. Con unos oídos refinados, al igual que su andar, <b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> sabía escuchar. De ningún modo empalagosa, era poseedora de la palabra justa. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Inés</b> era en extremo demostrativa. Adoraba las caricias, los abrazos, los masajes (todo lo que <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> le reclamaba como “manoseo”). De seguro por ello <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> se dedicaba a escribir en los brazos de <b><span style="color: #6aa84f;">Inés </span></b>(la única carpeta de clases que portaba) la lección de contabilidad que el profesor dictaba. Él se molestaba mucho porque, como todo hombre, no comprendía que eso era una forma de acariciarla. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Definitivamente, <b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span></b> es de ese tipo de mujeres que, sin motivo aparente, aparecerá un día por mensaje de texto o personalmente para decirte cuánto te quiere, cuán importante sos en su vida… Es deliciosamente impulsiva y eso la torna trasparente.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"> </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> era lo suficientemente reservada como para expresar dulzura, pero basta observarla con su hombre para desear tener un compañero al lado. Los golpes de la vida la habían vuelto más sensible y le gustaba la nueva <b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> que empezaba a vislumbrar.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> vive en su mundo… “egoísta” a la fuerza aprendió a defender sus intereses ante todo y todos… se harta de decirle “osito” a quien le despierta cariño y con sólo mirarla fijo a los ojos se descubre su dulzura. No es casual que vistiera chula al costado y jardineros hasta los once años cuando todas ya tenían sus primeros noviecitos. </span><br />
<span style="font-size: small;">Se autodefine como débil, tal vez su carácter en algo la avale, pero es precisamente su cuento de mujercitas lo que, la que distingue y vuelve delicadamente especial…</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Natalia</b> demostraba su dulce sabor al pronunciar palabras que la retrotrajeran a sus sobrinas… la casa se había poblado de criaturas y con ellas de plenitud, de objetos color rosa, de sonrisas entre lágrimas, de cuentos con finales felices y princesas de ensueño. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> era muy poco demostrativa, no le gustaban las caricias y detestaba los abrazos; ya que, </span><span style="font-size: small;">según su entender, </span><span style="font-size: small;">eran una muestra de debilidad espantosa... ¿Cómo un tipo iba a acariciarla? Iba a dejarla al descubierto frente a sus sentimientos… y (hablando en femenino callejero) después de que un chongo se dio cuenta que estás hasta las manos, no hay vuelta atrás… es más, si quisiste volver al lugar inicial él ya escapó…</span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La única forma que tenía de expresar sus sentimientos era por medio de la literatura, su ternura se desliza a través de sus manos dibujando letras que conforman palabras que huyen de su alma. </span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente <b><span style="color: #674ea7;">la dulzura</span></b> una virtud de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Una de las que la define hasta en el modo de caminar o masticar, la dulzura es un sello distintivo –no exclusivo- de la mujer. Delicadamente talladas, en otras épocas la mujer podía jactarse de tal luego de muchas institutrices para aprender idiomas, costura, cocina, taller literario, cómo comportarse en una reunión social. Pautas culturales, sin más. Todo lo que pule a una mujer es su propia forma de concebirse y demostrarse al mundo. Ser empalagosamente femenina no te vuelve más mujer. Todo lo dulce provoca una reacción química y física, como el amor, de aquí la importancia de la autenticidad en el tacto para desenvolverse en una sociedad que ya nos condicionó, pero se olvida de mentarnos en lo cotidiano. </span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-66474666933028168992011-03-17T14:40:00.003-03:002011-03-17T15:02:38.865-03:00Todo vuelve...<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Todo vuelve… Mi frase hecha por excelencia. Es imposible despegarse de las cosas que alguna vez han despertado una sonrisa en una mujer. No se trata de respirar recuerdos -es espantoso el olor de la naftalina-, sino de potenciar las experiencias positivas, todo aquello que reafirma</span><span style="font-size: small;"> a la mujer</span><span style="font-size: small;">: merodeando tiernamente por la niña de la que no quiere despedirse porque la vuelve lúdica; por la adolescente que le hace palpar el sentido de la libertad; por la joven que le enseña lo que significa la responsabilidad... y así, mentando su desenso -de ningún modo forzado- en la mujer que sólo ella podrá forjar. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><h6 style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-weight: normal;">La vida es dura y, como ya he dicho en otras ocasiones, la clave es vivirla como eternos procesos. Pero ahora me atrevo a retomar este espacio de reflexión femenina con una nueva propuesta: Simone de Beauvoir plantea que "El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres"; pues bien, lejos de la interpretación que se le ha otorgado a esta línea (el único problema que puede tener una mujer es por un hombre), esta remite a que se les presentará un problema a los hombres el día que comprendan que las mujeres tienen la capacidad de concebir problemas por si mismas y osar ellas en pensar en una solución.</span></span></h6><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><h6 style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-weight: normal;">Con esta premisa de pensarnos inicio el primer problema a solucionar: después de plantear los estigmas cual pecados, llega la redención… ¿Cuánto pudo haber cambiado la vida de <b style="color: #6aa84f;">Natalia</b>, <b style="color: #6aa84f;">Martina</b>, <b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b>, <b style="color: #6aa84f;">Inés</b>, <b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> y <b style="color: #6aa84f;">Romina</b>?</span></span></h6><h6 style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-weight: normal;">Con ustedes… <b style="color: #741b47;">LAS SIETE VIRTUDES DE UNA MUJER EN FORMACIÓN</b>:</span></span></h6><div style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="line-height: 115%;">- La dulzura </span></b></span></div><div style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="line-height: 115%;">- La franqueza </span></b></span></div><div style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="line-height: 115%;">- La fortaleza </span></b></span></div><div style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="line-height: 115%;">- La perseverancia </span></b></span></div><div style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="line-height: 115%;">- La sabiduría </span></b></span></div><div style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="line-height: 115%;">- La belleza </span></b></span></div><div style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b><span style="line-height: 115%;">- La incondicionalidad</span></b></span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-35873776091722044652010-11-03T15:02:00.002-03:002010-11-03T15:03:33.088-03:00Buena suerte y hasta luego...<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Las despedidas son espantosas... No hay <b style="color: #741b47;">MUJER EN FORMACIÓN</b> que resista los "adiós", mucho menos los que ocurren sin que se den cuenta o sean ellas las que los decidan.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Cada una de las MUJERES en las cuales me inspiré para retratar el género femenino posee algo especial. Tienen los dones propios de la juventud, la sabiduría de la pequeña gran experiencia, las ansias de crecer y el deseo de buscar la felicidad...</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La vida les puede presentar muchos obstáculos pero ellas perseveran porque simplemente comprenden que la clave es animarse a vivirla. Luchan contra las adversidades, se despiertan cada día y combaten sus propios prejuicios. Siguen... siguen porque cada instante les devuelve un brillo, las frustra y las reconforta... Caminan por las calles, se las puede cruzar tomando un ascensor, en algún bar, en una peluquería, en un estudio contable/jurídico... son de carne y hueso. Existen: son y están en este lugar para iluminar mis días...</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">A veces pienso qué es lo que nos conduce a ser <b><span style="color: #741b47;">MUJERES EN FORMACIÓN</span></b>, ¿Es que nunca vamos terminar de madurar? Y es entonces cuando reflexiono y comprendo que es lo más maravilloso que puede ocurrirnos: estamos creciendo constantemente, absorbemos y transformamos en aprendizaje todo lo dado. Ser con los demás es complejo, pero hallarse una misma frente al espejo del alma es un verdadero desafío.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">A mi me gustan los retos, detesto el conformismo, por eso tal vez busque en cada una de estas bellas niñas mías el color que les da personalidad, la luz que las vuelve únicas. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Orgullosa es una palabra que no sirve para dimensionar la admiración que siento por ellas; la <b style="color: #6aa84f;">MUJER </b>como verdad, como revelación, como amor en estado puro, como docente y aprendiz, como madre e hija, como profesional y ama de casa, como amante y luchadora... Las eternas dicotomías se fagocitan en un sólo ser que devuelve femeneidad y que grita en silencio para que la cadencia de su voz haga estremecer una sociedad patriarcal que aun hoy la mira de reojo... </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Para evitar la angustia de una despedida, en breve comenzaré a relatar las SIETE VIRTUDES de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>...</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">Buena suerte y hasta luego...</span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-60570918941063845792010-10-25T18:49:00.000-03:002010-10-25T18:49:31.377-03:00El karma<!--[if gte mso 9]><xml> <w:WordDocument> <w:View>Normal</w:View> <w:Zoom>0</w:Zoom> <w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone> <w:PunctuationKerning/> <w:ValidateAgainstSchemas/> <w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:Compatibility> <w:BreakWrappedTables/> <w:SnapToGridInCell/> <w:WrapTextWithPunct/> <w:UseAsianBreakRules/> <w:DontGrowAutofit/> </w:Compatibility> <w:BrowserLevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Increíblemente <b><span style="color: #674ea7;">el karma</span></b> siempre se concibe como un peso con el que se debe cargar, pero en realidad hace referencia a los actos que se traducen como causa de distintos efectos. Por ende, de manera indudable cada mujer debería ser consciente –al menos- de su karma.</span></span></div><div> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Inés</b> sabía que el suyo era Córdoba. Lamentablemente para ser profesional el día de mañana debía posponer cuestiones maravillosas de su presente y el rechazo a “la docta” era el modo de manifestar su disconformidad con su situación actual que distaba de la completud.</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> era su propio karma; debió atravesar duros momentos de tristeza para vencerse a si misma, derrocar la coraza, admitirse vulnerable y hallarse en un lugar, un estereotipo y, esencialmente, un rol profesional.</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Romina</b> no tenía un karma, pero experimentaba la vida facultativa como tal. Las presiones constantes, el cansancio de la rutina de estudio y el sacrificio que le significa, se disfrazaban de decepción por algunos instantes. También debía cargar con sus amigas que, en pos de reconocerla como una gran consejera, la saturaban de problemas; aunque ella desinteresadamente prestara sus oídos y, más de una vez, lágrimas cómplices.</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Natalia</b> vivía la fase universitaria del mismo modo, sólo que tenía la facilidad de relativizar cualquier cuestión. Difícilmente se la vería llorar alguna vez, todo es motivo de risa para ella –mecanismo de defensa neto-. Casi con seguridad, ese era su karma: la dificultad para expresar lo que siente.</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Eugenia </b>poseía el suyo en el seno de su hogar. A los sufrimientos propios, se sumaban los de los que la rodeaban y tornaban muy tediosa la rutina. Debía cumplir con los roles de todos para sostener algo que otros se habían encargado de desplomar. Entre eso, comenzaba a descubrir sus dotes de mujer que la posicionaban como madre, hermana, secretaría, estudiantes, cocinera, ama de casa, conductora de un auto y de todas las situaciones desagradables -que aparecían por doquier-. No llegaba a comprender en qué momento todo se había vuelto una pesadilla, pero sin detenerse a meditarlo, tomaba las riendas de su vida y de las demás con una fortaleza innata. Creo que más de una vez le dije que era un ejemplo de vida.</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> había descubierto recientemente su karma. No llegaba a dimensionar porqué en el último tiempo había llorado tanto por un hombre y, casi sin darse cuenta, se hallaba nuevamente llorando por otro. Esa confusión de derramar lágrimas al mismo tiempo por los dos la hizo reaccionar del motivo de su llanto: era por ella misma, por no poder concretar algo tan simple como una pareja. Se sabía diferente desde hacia mucho tiempo, pero necesitaba sentirse igual de deseada, admirada y valorada que las demás. </span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Como mecanismo de defensa objetivaba todo a su alrededor para que le fuera más sencillo desprenderse en el momento justo: un maquillaje se usa hasta que se gasta, se pone viejo o deja de funcionar; con la misma sencillez con la que se lo compra, se lo desecha. Intentaba hacer eso con sus propios sentimientos, pero ante la imposibilidad, halló su karma: no haber logrado nunca significar el amor para ningún hombre. Se consolaba pensando que todos pasaban, pero ahí estaba el problema: ninguno se quedaba.</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Trebuchet MS";">Reflexión de cierre: ¿Es realmente el karma un estigma de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Aseverando una respuesta, es la reunión de todos los estigmas que una mujer deba afrontar. El karma es más que un padecimiento o una piedra en el zapato, es todo aquello que cada una hace consciente o inconscientemente, pero con lo que siempre cargará “a lo largo de sus vidas”. Más allá de creer o no en la reencarnación, lo fundamental tal vez sea reconocer eso que se efectúa y ser, ante todo, coherente consigo misma. </span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Trebuchet MS";">Los demás estigmas muchas veces responden a imposiciones de una sociedad machista, pero este indefectiblemente es reflejo de la actuación de cada una; de aquí lo imperioso de ser consecuente con las propias necesidades, palabras o hechos que las definen como MUJER.<span> </span></span></span><span style="font-family: "Trebuchet MS";"></span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-86653935318552823802010-10-18T18:23:00.002-03:002010-10-18T18:23:44.246-03:00El estereotipo<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Ser la mejor en todo lo que se emprenda. <b style="color: #674ea7;">El estereotipo</b> ata, invade, excede… Ser mujer es difícil, pero más aun responder al estereotipo de la mujer ideal.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Inés</b> era por excelencia la que soñaba con el estereotipo impuesto, ya de antaño, a las madres y abuelas de la presente generación de mujeres en formación: ser la esposa, ama de casa, arregla todo, a la que le hagan hijos y, en última instancia, profesional. Orgullosa de su objetivo de vida, sufría desde hace cinco años cuando tuvo que ir a vivir a Córdoba a estudiar y dejar su nido actual y postergar su nido futuro. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">En ese mismo estereotipo se sentía comodísima <b style="color: #6aa84f;">Natalia</b>, aunque ella le sumaba el de la mujer empresaria exitosa. Toda la Cosmopolitan cabía en sus huesos y por ello, tal vez, la compraba todos los meses. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> luchaba con su realidad que la atropellaba y le demostraba que el estereotipo de “La familia Ingalls” era la mentira mejor vendida de los últimos diez o quince años, cuando dejó de emitirse la serie en la TV de aire. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Desencantada al extremo, intentaba volver a confiar en los hombres como género, como artífices necesarios de aquel estereotipo.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> había empezado a responder a la imagen de la chica exitosa en todos los ámbitos desde su primer puesto de capitana del equipo de handball o la primera bandera en la escuela primaria. Se empeñaba con tanto esfuerzo en ser la chica10 en todo que perdía de vista sus prioridades, para responder a los estereotipos que otros le imponían. Recién ahora, ya mayor, comenzaba a mentarse a si misma -su fiel reflejo-.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> había empezado a romper estereotipos cuando se enojó con su mamá en la Navidad de sus ocho años debido a que le regaló (supuestamente Papá Noel) un juego de té de porcelana en miniatura y ella pretendía un cassette de música ¿Se suponía que era un mensaje subliminal? </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Y luego a los diez cuando decidió que sería reportera de guerra. ¿Cómo haría para convertirse en esposaamadecasamadre si soñaba con viajar por el mundo y buscar la verdad en lugares donde reinaba la miseria humana? </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> sufría con los estereotipos que se le imponían a las mujeres en pleno siglo XXI. No podía lidiar con la imagen que vendían las revistas de moda, probablemente porque ella no encajaba en la figura de Pampita: diosa, con un cuerpo escultural, esposa, madre, con un marido divino. Cada vez que dejaba correr las páginas lo único en lo que lograba fijar la atención era en la ropa o en los zapatos; por lo demás, cómo seguir los 10 tips para ser una chica feroz en la cama, si ella era periodista y sabía que una “looser” igual que ella redactaba esas mentiras. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Pasaba noches en vela sumida en sus pensamientos: sentía terror por no poder concebir a un matrimonio y una familia como prioridad, pero últimamente había conocido a un buen hombre (de esos que ella creía que era imposible que existieran) que tiraba por la borda tantos años de seguridad. Sólo estaba convencida de, inconcientemente, insertarse en otro estereotipo: el de la mujer intelectual, tal vapuleada por los tipos que se jactan de ser intelectuales y que piensan en una chica como objeto de deseo y de dispersión para los ratos en que necesitan “dejar de pensar tanto” porque sus condiciones de superdotadosrazaaria los desgasta.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Trebuchet MS";">Reflexión de cierre: ¿Es realmente el estereotipo un estigma de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Más que un estigma es una marca con la que se carga desde el nacimiento o desde el momento mismo en que nos hacen los huequitos para colocarnos los aritos. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Trebuchet MS";">Hay quienes creen que hoy la mujer está demasiado liberada y que la que se atreve a portar la bandera del género como entidad humana es una “fucking” feminista. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Trebuchet MS";">Histórica y empíricamente la mujer ha luchado por un lugar en una sociedad meramente patriarcal y posee una fortaleza innata que les permite enfrentar los peores padecimientos físicos para dar vida, por ejemplo; ser el sostén de una familia, la sonrisa feliz que prepara cada mañana el desayuno o tiende las camas, friega platos, baños y pisos; la jefa o directora más amable y firme; y un infinito etcétera. Pero, también, es la que tiene la última palabra, la que posee la capacidad de tomar las decisiones realmente importantes, la que ante toda adversidad se enfrenta con el poder del cariño y la dulzura. La que da vida y se impone ante cualquier estereotipo al que se la intente sujetar, simplemente porque es la materialización de sus propios deseos.<span> </span><span> </span></span><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><span> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><span> </span></span><span><span> </span></span></span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-55237966775056724722010-10-12T14:03:00.001-03:002010-10-12T14:21:37.293-03:00El autoretrato<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Concebirse… esa es la clave. Cada mujer posee su propio espejo, ese interno que refleja lo que cada una es –más allá de lo que desee o no ser-.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> se pensaba a sí misma como una empleada de supermercado o lo que fuera, pero con la persona que amara al lado. El único inconveniente era que, en su caso, lo que se había roto no era su espejo interno, sino las dos neuronas que le flotaban en la cabeza a su (ahora) ex. Claro está, de hecho, que mantenía su concepción y que un cambio rotundo en su vida le estaba reflejando que lo importante es lo que uno desea, no con quien.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> padecía el síndrome del espejo enfermo: todo comenzó cuando a los nueve años notó que a diferencia del resto de las mortales ya no podía vestir la remera blanca con la impunidad que caracteriza a las niñas; pues sí, le estaban creciendo las lolas y sus problemas de autoestima. El punto detonante fue a los diez cuando se convirtió en el hazmerreir de dos compañeritas “top” por el pantalón con pata de elefante que su mamá, con toda la buena intención, le había hecho comprar. Pero como siempre existe la justicia, mientras <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> podía llenar sus primeros corpiños, Jimena* (una de las “top”) se colocaba medias.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Su imagen de sí misma fue siempre deplorable y a medida que pasaban los años empeoraba. Ello repercutía en todo lo que emprendía en la vida: se obsesionaba con el estudio al igual que con la comida; salía únicamente a las reuniones donde el motivo de encuentro no fuera la comida; sonreía con la cara tapada para que no se le notarán los “cachetones”; pensaba en una cita sólo de noche para que ningún tipo le viera su rostro de día. De más está plasmar, entonces, cuál era su percepción de un noviazgo o una pareja si con su actitud imitaba a un vampiro: jamás pararse frente a un hombre con la luz del sol de testigo. Por ende nunca ir a pasear a un parque, plaza, comer un helado, almorzar, vacaciones juntos, bla, bla, bla.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Inés</b> se asemejaba, pero su espejo interno se estaba curando desde hace ya varios años gracias a sunovioesposo. Pese a ello, sus inseguridades muchas veces la llevaban a ser intensamente celosa, al punto de que durante los primero meses de noviazgo temía que su hermana estuviera dentro de las próximas presas a cazar de su chico. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Romina</b> era la más segura de sí misma, con una autoestima envidiable, le importaban bastante poco los estereotipos. Si bien había cuestiones (como la facultad) que la aquejaban, siempre relativizaba los problemas porque no había nada demasiado importante que estuviera a la altura de una preocupación. Dueña de la palabra justa en el momento justo, <b style="color: #6aa84f;">Romina</b> cargaba con el peso de la imagen que los demás tenían de ella: desde el secundario la mentaron como psicóloga porque sabía escuchar a los demás y así debía ser. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Natalia </b>no se preocupaba demasiado por los espejos internos, ni externos pero siempre tenía presente los consejos de su madre, aunque se riera de estos. Pero, como todas, había tenido una época oscura tanto como la base o la sombra negra que se colocaba, aparentando haber tomado sol en junio (la delataban los dedos marcados en su cuello de la amiga que la maquillaba).</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">Reflexión de cierre: ¿Es realmente el autoretrato un estigma de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Tal vez el más importante. La concepción que cada mujer tiene de sí misma es EL elemento fundamental para desenvolverse en todos los ámbitos de la vida. Sentirse segura es lo que le permite huir de los estigmas, posicionarse como lo que cada una es y proyectarse como lo que desea ser.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">Todas son la materialización y el espíritu de su propia concepción.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">Cada mujer es hacedora de sus propias conjugaciones verbales: el pasado las marca y les enseña sus errores y aciertos; el presente les da la oportunidad -en vivo y en directo- de ser, de tener una entidad propia; y el futuro será todo aquello que únicamente ellas decidan, por eso es iluso atribuir al destino lo que cada una crea con su predisposición. </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS"; font-size: 7.5pt;">*Este personaje no responde a las cuestiones de formato prestablecidas de este espacio virtual por su irrelevancia. Definitivamente el viento las amontona: en la actualidad Jimena es amiga de Ariana.</span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"> </span><span lang="ES-AR"> </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"></span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-36449419584423394162010-10-04T16:53:00.000-03:002010-10-04T16:53:50.234-03:00El vacío<!--[if gte mso 9]><xml> <w:WordDocument> <w:View>Normal</w:View> <w:Zoom>0</w:Zoom> <w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone> <w:PunctuationKerning/> <w:ValidateAgainstSchemas/> <w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:Compatibility> <w:BreakWrappedTables/> <w:SnapToGridInCell/> <w:WrapTextWithPunct/> <w:UseAsianBreakRules/> <w:DontGrowAutofit/> </w:Compatibility> <w:BrowserLevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]> <style>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">¿Qué ocurre cuando hay espacios que no se pueden llenar? <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> era experta en dejar cuestiones inconclusas. La vorágine en la que había convertido a su rutina (una opción de vida) era asfixiante. Tal vez por padecer claustrofobia (desde la primera resonancia magnética que le hicieron en la cabeza) siempre tenía una excusa para justificar sus “no lugares”; efectivamente necesitaba aire, espacio para respirar y desarrollarse: ser ella misma. Allí residía su problema, ser uno mismo puede significar inmiscuirse en una búsqueda tan profunda que provoca miedo.</span></div><div> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">En sus años de estudiante había experimentado <b style="color: #674ea7;">EL VACÍO</b>, que en una representación visual sería similar a hallarse en una habitación sin nada/nadie alrededor, llorando por miedo a abrir los ojos. ¿Para qué hacerlo y observar las llamas que la consumían?. El humo se impregnaba en su cabello y no podía reaccionar aunque entre las cenizas percibiera en la puerta del departamento (detrás del sendero de fuego) a su familia y, específicamente, a su padre extendiéndole la mano para rescatarla. Nadie podía salvarla, porque ella misma necesitaba tocar fondo, y así fue…</span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><span style="color: #6aa84f;">Martina</span> </span></b><span style="font-family: "Trebuchet MS";">había perdido la capacidad de sorpresa y no se permitía involucrarse con nadie más allá de lo razonable, precisamente porque era tan racional que pretendía mentar sus sentimientos. Las malas experiencias (de las que ella había sido participe indispensable) la llevaron a descreer y en ese trayecto de noentregarseaningúntipoquelaateaalgoqueluegoladefraude, había empezado a sentir un espacio enorme, más grande del que siempre necesitó. </span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="color: #6aa84f;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Sabrina</span></b><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><span style="color: #6aa84f;"> </span>conocía bastante de vacíos después de llenar los baches de todos los seres que la rodeaban durante años, menos los suyos. El momento de parar puso de manifiesto ese hueco que había acrecentado su tamaño en el último tiempo, al punto de envolverla a ella misma. </span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="color: #6aa84f;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Eugenia</span></b><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><span style="color: #6aa84f;"> </span>se veía desde un lugar impensado, ni la peor de sus pesadillas se aproximaba a este presente tristemente real. No vislumbrar claridad al final del camino y hallarse en una encrucijada (que ni siquiera ella había provocado) la excedía. ¿Qué hacer cuando no se percibe nada bueno en la vida? Probablemente intentar provocarlo, pero a ella todavía le faltaba darse cuenta de eso: tenía todas las potenciales propias de una mujer hermosa, sólo restaba que ella lo descubriera.<span> </span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">Reflexión de cierre: ¿Es realmente el vacío un estigma de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Hay espacios imposibles de llenar. Sensaciones extrañas que superan y revelan cuán sola se puede sentir una persona. El vacío es un “no lugar” asfixiante, un estado que puede volverse crónico si no se es capaz de mirar alrededor y percibir la compañía de seres especiales que le desean lo mejor.</span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">Autoimponerse llenar el vacío puede resultar aun peor; como todas las sensaciones que se experimentan (felices o tristes) responden a procesos, es el modo en que se pone de manifiesto la capacidad de ser. Uno de los estigmas personalísimos por excelencia, el vacío debería experimentarse como una transición inevitable: sólo quien ha sentido que el vacío calaba sus huesos puede dimensionar su fortaleza para asumirlo y enfrentarlo. No se trata solamente de conseguir un compañero, ¿Cuántas personas se sienten solas teniendo a alguien al lado?, sino de captar la esencia y tener el deseo de profundo de salir del ahogo. El fuego quema, pero muchas veces es necesario incinerarse para sentirse vivo.</span><span style="font-family: "Trebuchet MS";"></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-45509118795380983622010-09-26T19:16:00.002-03:002010-09-26T19:26:56.087-03:00La envidia<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b><span style="color: #6aa84f;">Inés</span></b> y <b style="color: #6aa84f;">Romina </b>conocían perfectamente lo que significaba <b style="color: #674ea7;">LA ENVIDIA</b>.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Años atrás se habían convertido en cuasi hermanas y llegaron a convivir, prácticamente. Todas las mujeres tienen épocas inolvidables y la de <b style="color: #6aa84f;">Inés</b>, sin dudas, había sido esa. Presa de sus primeras pasiones una chica puede no ser sólo rehén de un tipo, sino también de la fila de pretendientes que este posea.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Romina</b> era muy generosa con <b style="color: #6aa84f;">Inés</b> tanto que hasta llegó a ofrecer su pelo a una NSN (No Sos Nadie) para que se lo sujetara con fuerza en un bar, en busca de justicia por su chico. <b style="color: #6aa84f;">Inés</b> tenía un nuevo novio y él una ex apodada (sin connotaciones) la Negrita, quien sintió que le quitaban lo que era suyo. Por ende y, cual Mujer Maravilla, se prendió de los pelos de <b style="color: #6aa84f;">Romina</b>, que evidentemente en esa situación ligó por ser la amiga de <b style="color: #6aa84f;">Inés</b>.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Pero ella también tuvo sus propios inconvenientes. La envidia es la muestra fiel de que a algo que considerábamos propio lo tomó alguien más y lo hizo suyo. Muchas veces es la irresolución de problemas internos lo que lleva a creer que los demás son los culpables de todo lo que ocurre; cuando no se quiere ver la realidad mirar críticamente la vida de los otros es lo más cómodo. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Romina</b> hace unos años conoció a quien hoy es su novio pero, como todos los comienzos, no fue nada fácil. Encontrarse era complejo y las opciones acotadas (al igual que las iniciativas de él). La primera cita oficial fue en un bar, pero lo que <b style="color: #6aa84f;">Romina </b>desconocía era que estaba entrometiéndose en terreno ajeno. El lugar de encuentro era una esquina céntrica y ella fue la primera en llegar, pero no la única. Una señora se acercó a echarla de su lugar de trabajo: era la madama de la cuadra y <b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b> desconocía que al esperar allí le estaba robando eso que era suyo: la señora creyó que ella le quería robar sus clientes. Para qué explicar más… con dejar la zona despejada alcanzaba y así fue.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Por regla toda mujer despechada con su ex siente envidia de su nueva adquisición y por esa situación estaba transitando <b style="color: #6aa84f;">Martina</b>. Si bien ella estaba acompañada por un hombre ideal, no podía evitar sentir bronca y vergüenza ajena de la nueva “joyita” que su ex chico intentaba esconder. Una NSN que se jactaba de ser “zurdita” pero se reconocía fanática de la revista Cosmopolitan ¿¡Dónde había estudiado teoría política esta hija del Señor!?. Eso es la envidia en su estado más puro; no soportaba la idea simplemente porque <b style="color: #6aa84f;">Martina </b>deseaba que lo que ella había dejado ir siguiera estando dentro de su área mental de dominio (de por vida), así supiera que nunca más estarían juntos. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente la envidia un estigma de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Definitivamente sí. Es claro que en diferentes grados, que aumentan de manera inversamente proporcional a la autoestima que cada una posea (mientras más envidia, menos autoestima). </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Nadie quiere lo que nadie desea… Y así es en todos los ámbitos de la vida. Parte de formarse es comprender que a medida que se crece, también se madura y se dejan atrás muchos fantasmas. En muchos casos responde a una pauta cultural o una beta de convivir en sociedad: todos viven en comunidad y rozar con otros no siempre es sencillo, aunque probablemente la clave sea la predisposición. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">Reconocerse como individuo dentro de una masa social que masifica y en la cual se necesita, como seres sociables, inmiscuirse requiere de la diferenciación (lo que no significa volverse un freak o rarito). Un mecanismo corriente en esa búsqueda de la individuación se relaciona con la envidia: ver los defectos en los demás, pero resistirse a asumirlos como propios. Por último, desear lo que los otros poseen es una postura simplista que esconde el miedo a luchar por conseguirlo. </span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"> </span> </span><span style="font-family: "Trebuchet MS";"></span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-74353486819291596132010-09-19T19:01:00.001-03:002010-09-19T22:58:04.331-03:00La tristeza<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Estas mujeres habían sentido, en muchos momentos de sus vidas, tristeza… de sí mismas, de y por los demás… Lo que aún no habían comprendido es que ese estado anímico era el leitmotiv de ser mujeres en formación.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Sabrina</span></b><span style="font-family: "Trebuchet MS";"> estaba atravesando una situación límite, de esas que provocan una tristeza honda, que la llevaba al extremo de somatizar encerrada en su habitación –como si dentro de su cuarto pudiera huir de ese mundo malvado que no la comprendía, cuando ni ella misma lograba entenderse-. Crecer simplemente significa sufrir –todas recordarán cómo les dolían las lolas en épocas de pubertad, qué nostalgia-; el sufrimiento siempre va acompañado de tristeza y a <b style="color: #6aa84f;">Sabrina</b> le costaba concebir un presente sin atarse a un futuro que ella no deseaba. Uno es el reflejo de los padres hasta que decide desentenderse de esa imagen prefabricada y construir una propia. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia</span></b> sentía la tristeza que ameritan los momentos previos a una definición dolorosa. <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> había pasado por algo similar tiempo atrás al tomar una decisión definitiva con respecto a un gran amor. Lo definitivo la atemorizaba, la envolvía en dudas insalvables porque ella nunca había decidido por si misma en cuestiones relevantes –eso también es crecersufrir-. Ella pensaba demasiado y, en una noche de insomnio, dimensionó la magnitud de lo definitivo: trazando una analogía muy bruta comprendió que hay cosas que no tienen retorno como la muerte de “<span style="color: #6aa84f;">Cucula</span>”, la perra que acompañó a ella y su familia durante trece años. Ese sin sabor de saber que algo no ocurrirá nunca más provoca una tristeza asfixiante; con los hombres muchas veces ocurre lo mismo y <b><span style="color: #6aa84f;">Eugenia</span></b>, a la inversa de <b style="color: #6aa84f;">Martina</b>, sentía tristeza por la definición que alguien más estaba llevando a cabo por ella.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";"><b style="color: #6aa84f;">Natalia</b> sabía exactamente qué significaba al vivir una prueba muy fuerte cuando un ser muy querido atravesó por una enfermedad grave. Ella había asumido ese dolor a su modo, reservándose, preservándose. Enfrentarse a la enfermedad, acompañar a esa persona la hizo madurar de golpe y darle un sentido muy particular a un irrelevante corte de pelo; las promesas son la respuesta más humana a un ruego desesperado y <b><span style="color: #6aa84f;">Natalia</span></b> estaba dispuesta a hacer cualquier cosa. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS";">Reflexión de cierre: </span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">¿Es realmente la tristeza un estigma de <b><span style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>? Antes que nada es un estado de ánimo que no discrimina sexos y de la que los hombres generalmente se avergüenzan por su condición de “machos” –frase hecha: los hombres no lloran-. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">La tristeza se manifiesta de distintos modos de acuerdo a las personalidades y va acompañada de otros sentimientos como el vacío, el dolor, la desesperación… Es por ello que cala tan hondo, a veces puede traducirse en un llanto profundo hasta que se agotan las lágrimas y falta el aire para respirar, otras solamente con un rostro perdido…</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"><span style="font-size: small;">Más allá de las expresiones corpóreas, la tristeza es propia de la condición humana, sólo es necesario comprender que hay momentos en que es imprescindible tocar fondo: a través de las crisis se aprende y, aunque aprender a la fuerza no suene muy pedagógico, a veces es la única alternativa posible. Crecersufrir conduce a lugares maravillosos, porque son únicos y personalísimos -de allí que resulte inútil comparar la tristeza propia con la de los demás, creyendo que es irrelevante o egoísta-, porque deben significar un trance, un medio para buscar la dicha. Al fin y al cabo todos se deslizan por esta vida cuestionándose qué es e intentando arribar a lo cúlmine, a la felicidad. </span> </span><span style="font-family: "Trebuchet MS";"> </span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-45634824493931802852010-09-12T18:30:00.002-03:002010-09-12T18:32:31.373-03:00La estupidez<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Martina</b> y <b style="color: #6aa84f;">Natalia </b>creían haber asistido a la humanización de la estupidez cursando con Ariana*, una compañera de la secundaria que se sentaba en los bancos de una escuela de monjas con su uniforme corto (extremadamente corto) sin notar que sus amiguitos varones fotografiaban la única gracia que tenía (su culo).</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Le habían hecho sentir lo que es el infierno de una mujer despechada (le quitó un noviecito a <b style="color: #6aa84f;">Martina</b>) hasta que la madre de Ariana, maestra de la escuela, las llamó para interceder por la inmaculada de su hija, una estúpida que le daba significado a cada una de las letras que conformaban ese adjetivo.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">De todos modos, <b><span style="color: #6aa84f;">Martina</span></b> descubrió que estaba muy equivocada, que los casos extremos de estupidez son una patología congénita del sexo femenino. Así, realizó un hallazgo que la volvía aun más tonta: las dos categorías de <b style="color: #674ea7;">MUJERES ESTÚPIDAS</b>.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">-La mujer estúpida comprometida es aquella que trata de autoconvencerse de que su novio se quedó sin batería o sin señal dentro de un bar, un sábado a la madrugada. El caso paradigmático es el de la que acepta recibir un mensaje cliché al estilo “gordi estaba dando vueltas y justo pase al frente de… (bar xxxxxxx) y me quedo un ratito. Te amo.”</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">-La mujer estúpida soltera es aquella que traslada sus traumas de parejas anteriores a las venideras. Es capaz de estropear todo en cuestión de segundos, simplemente porque no logra entender que si comenzó “una relación” con un tipo que le dice: “nos vemos cuando tenga tiempo, me lo voy a hacer en algún momento, lo prometo”, le cree. Para empeorar el cuadro nunca llega a captar la idea de fondo losúnicostiemposqueimportan/importaránsiempresonlosdeél.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><b style="color: #6aa84f;">Eugenia</b> y <b style="color: #6aa84f;">Martina</b> eran “los estereotipos”, habían rozado la estupidez crónica muchas veces. Hoy se encontraban haciéndose compañía ante dejadas inminentes. Se habían vuelto una pareja hecha y derecha. Se odiaban mutuamente por sus aptitudes frente a la vida: tenían la increíble capacidad de variar sus estados anímicos de acuerdo al momento del día que atravesaban y esa simbiosis les destrozaba en miles de pedacitos sus autoestimas… Al menos se consolaban mutuamente. En el fondo estaban creciendo e intentaban ser felices.</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Las demás amaban jugar al gallito ciego; todas las mujeres pueden entronar a un tipo y bajarlo de un ondazo (Importante: lograr lo segundo en el instante preciso). A <b style="color: #6aa84f;">Natalia </b>eso le costaba bastante pero, después de varios intentos fallidos, alguna vez lo pondrá en práctica. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Reflexión de cierre: ¿Es realmente la estupidez un estigma de <b style="color: #741b47;">UNA MUJER EN FORMACIÓN</b>? Honestamente, la vida de una chica siempre es sacrificada. No vamos a caer en lugares escatológicos relacionados con sangre, partos y la larga lista de suplicios físicos a los que la naturaleza la somete. Presa de una sociedad patriarcal, se vuelve complejo hallar un lugar de preponderancia y, en esa búsqueda, hacer el papel de estúpida muchas veces es un atajo; otras sencillamente un salto en caída libre. </span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">*Este personaje no responde a las cuestiones de formato prestablecidas de este espacio virtual por su irrelevancia.</span></div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-214576309926889687.post-33551284742136591662010-09-06T20:49:00.000-03:002010-09-06T20:49:51.587-03:00El día que me quieran...<style>
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<meta content="text/html; charset=utf-8" http-equiv="Content-Type"></meta><meta content="Word.Document" name="ProgId"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Generator"></meta><meta content="Microsoft Word 11" name="Originator"></meta><link href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CADMINI%7E1%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml" rel="File-List"></link><style>
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<div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">Se conocieron de antaño, cuando las toallas de Frutillita eran furor en las casas de toda aquella mujer que se atreviera a portar dos colitas.</span><span lang="ES-AR"></span><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";"> </span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><b style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f;">Martina</span></b><span lang="ES-AR" style="color: #38761d; font-family: "Trebuchet MS";"> </span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">tenía una materia pendiente: nunca le habían regalado </span><st1:personname productid="La Juliana Periodista" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;" w:st="on">La Juliana Periodista</st1:personname><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">, pero siempre armaba una radio a escondidas </span><span class="blsp-spelling-error" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">reproduciendo</span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"> las canciones cortadas (por la publicidad) que rescataba de las emisiones del momento, </span><span class="blsp-spelling-error" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Elvis</span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"> Crespo con su </span><span class="blsp-spelling-error" style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">hit</span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"> “Suavemente” era un lugar común.</span><o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><span class="blsp-spelling-error"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Natalia</span></b></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"> había vestido a todos sus hijos de plástico y gozaba cuando a su <span class="blsp-spelling-error">muñequita</span> se le pigmentaba color rosa el pelo o, simplemente, había que cambiarle el pañal porque tenía problemas de esfínteres (provocados intencionalmente por los creadores de juguetes para darle un espectro de realidad).<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Romina</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"> nunca había realizado demostraciones <span class="blsp-spelling-error">gourmet</span> en el barro, ni aprendido a andar en bicicleta. Pero era la niña más auténtica, siempre mirando hacia adelante. Prácticamente no recordaba el pasado maravilloso propio de un lugar donde el sexo fuerte era el femenino. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Eugenia</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"> era la envidia del jardín ya que llevaba la chula más tirante, esa que no le permitía siquiera fruncir el <span class="blsp-spelling-error">seño</span> para fijar la vista en un punto de la pizarra decorada con tizas de colores. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><span class="blsp-spelling-error"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Inés</span></b></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"> era la más popular de la <span class="blsp-spelling-error">salita</span> ya que había conseguido que el niño más deseado le robara un beso en la boca mientras se escondían debajo de una <span class="blsp-spelling-error">mesita</span>. Pero aparentemente a su madre esa popularidad no le agradó y revolucionó la paz de las señoritas con sus quejas.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><span class="blsp-spelling-error"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Sabrina</span></b></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"> había retratado su gran incógnita en un dibujo de “qué <span class="blsp-spelling-error">querés</span> ser cuando seas grande”. Era la chica deportista que participaba en cuanta competencia existiera. La amiga ideal de los varones, la envidia de las nenas.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">Mentadas hoy con aquel bagaje a cuestas, cada una emprendía su vida como podía o se les permitía. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Martina</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"> había llevado una vida tan acelerada que con 22 años ya había ido Córdoba, estudiado dos carreras, convivido con varias personas y vuelto a su casa a fumar a escondidas al patio porque sus padres, si bien conocían su adicción desde los catorce, no la dejaban “matarse con tanta <span class="blsp-spelling-error">tranquilidad</span>”. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><span class="blsp-spelling-error"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Natalia</span></b></span><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";"> </span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">persistía en sus estudios, al igual que <b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b>. Con una vida <span class="blsp-spelling-error">cuasi</span> realizada para la realidad de sus ciudades de origen: un novio de años, estudiantes, <span class="blsp-spelling-error">trabajadoras</span>. Aunque a <span class="blsp-spelling-error"><b><span style="color: #6aa84f;">Romina</span></b></span> eso le importara bastante poco, salía de todos los <span class="blsp-spelling-error">estereotipos</span> y era la más comprensiva.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Eugenia</span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";"> después de un desliz decidió regresar a la paz de su hogar y <span class="blsp-spelling-error">organizarseadaptarsefirmarsusentenciademuerte</span> allí. Con un divorcio mal curado, era el sostén de todos menos de ella. Incluso de un niño que la había “acompañado” durante sus mejores años de <span class="blsp-spelling-error">teen</span>. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><span class="blsp-spelling-error"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Inés</span></b></span><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">, increíblemente, se había convertido en <span class="blsp-spelling-error">Susanita</span> y era la envidia de todas las <span class="blsp-spelling-error">Mafaldas</span>. <span class="blsp-spelling-error">Comprometida</span> al extremo de falsificar un certificado de convivencia para comprar un terreno –<span class="blsp-spelling-error">hogarpostmatrimonial</span>- con su chico. De seguro ella con sus propias manos construiría ese hogar. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><span class="blsp-spelling-error"><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";">Sabrina</span></b></span><b><span lang="ES-AR" style="color: #6aa84f; font-family: "Trebuchet MS";"> </span></b><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">se encontraba en medio de unas vacaciones reflexivas e internas, de esas que nos hacen crecer a la fuerza, acompañada de ese chico que había buscado en algún anterior sin éxito. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><span lang="ES-AR" style="font-family: "Trebuchet MS";">Todas tenían algo que contar desde sus historias simples y, al fin al cabo, intentaban huir de los<span style="color: #741b47;"> </span><b><span style="color: #a64d79;">SIETE ESTIGMAS DE UNA MUJER EN FORMACIÓN</span></b>:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-left: -9pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";">-</span></b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";"> <b>La estupidez</b><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";">-</span></b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";"> <b>La tristeza</b><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";">-</span></b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";"> <b>La envidia</b><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";">-</span></b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";"> <b>El vacío</b><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";">-</span></b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";"> <b>El <span class="blsp-spelling-error">autoretrato</span></b><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";">-</span></b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";"> <b>El estereotipo</b><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";">-</span></b><span lang="ES-AR" style="color: #674ea7; font-family: "Trebuchet MS";"> <b>El <span class="blsp-spelling-error">karma</span></b></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div>Ceci Burellohttp://www.blogger.com/profile/02983121350954637404noreply@blogger.com0